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Javier Milei vs. Sergio Massa: un debate presidencial sin virales

Por Kevin Grunbaum

Los recortes sobre el cruce de este domingo que fluyan en redes sociales marcarán al electorado. No hubo KO y cada uno festeja lo que le conviene.

En una campaña donde el eje que más unifica a los electores es el rechazo al candidato contrario y las conversaciones (tanto digitales como analógicas) se centran en los motivos por los que no deberías votar a uno o al otro, los recortes de video son fundamentales. Frente a usuarios que viven el proceso electoral a través de memes y virales, el mismo video puede ser útil para dejar en claro que Javier Milei no tiene problemas con la homosexualidad o para demostrar que la compara con tener sexo con elefantes. Con un fragmento de entrevista se puede tener un Sergio Massa que le hace frente a los periodistas opositores o un ministro que no puede responder sin ponerse nervioso.


La receta es la misma: el secreto está en el minuto de corte. Después, hay que publicar dejando que las comunidades y el sesgo de confirmación hagan su trabajo.

El mundo analógico alimenta al ecosistema digital. Los hechos se reproducen al infinito en los dispositivos de los usuarios que, muchas veces sin saberlo, interactúan con aquello que de alguna manera coincide con lo que ya pensaban y refuerzan así su apoyo o rechazo a lo que están viendo.

Sin embargo, las instancias anteriores del debate presidencial nos demostraron que no alcanza sólo con que te vean más. Luego de los anteriores debates, tanto Myriam Bregman como Juan Schiaretti lograron aumentar más de tres veces el volumen de conversación sobre ellos, pero solo el cordobés sumó 890 mil votos más entre las PASO y las generales. La “Miami-Córdoba” fue más efectiva a la hora de sumar votos que el “gatito mimoso”.

En un ballotage los candidatos compiten por tercera vez, ahora buscando sumar el voto de quienes no los eligieron en agosto ni en octubre. Ni Massa ni Milei entraron en la Facultad de Derecho pensando que necesitaban aumentar el volumen de conversación sobre sí mismos. Lo que fueron a buscar es el recorte necesario para que los indecisos no voten al otro.

¿Lo lograron?

Milei llegó al debate con más menciones y usuarios hablando de él. Si analizamos el ecosistema digital desde el viernes 10 hasta las horas previas al debate, el candidato de La Libertad Avanza llegó con un 50% más de volumen de conversación que el ministro de Economía. Las reacciones y comentarios post debate le dieron a Massa la posibilidad de recortar esa diferencia a menos del 15%.

Por otro lado, ambos candidatos lograron reducir el sentimiento negativo a su alrededor producto de las repercusiones posteriores al debate. La negatividad alrededor de Milei, que llegaba al 53%, se redujo al 43%; mientras que la de Massa pasó del 50% al 45%.

Más allá de los datos, es claro que Sergio Massa y sus equipos digitales estaban preparados. Luego de cada intervención en la que el ministro intentaba exponer contradicciones de su rival y pedía a la audiencia que las googleara, sus equipos publicaban los recortes que apoyaban su punto. Sergio y sus redes trabajaron en tándem.

Sin embargo, ¿consiguió el recorte que fue a buscar? El debate no le dio ningún video que exponga al Milei violento y agresivo que muestran los spot de campaña. El usuario promedio se va a volver a encontrar con la pregunta sobre la pasantía en el Banco Central, pero no habrá recortes de insultos o amenazas.

Milei, por su parte, pudo contener parte del ímpetu que podría haberle jugado en contra, pero no logró que las redes hablaran sobre la gestión de Massa o su relación con el kirchnerismo. Palabras como “inflación”, “miedo” o “dólar” no aparecen entre las más mencionadas en el ecosistema digital en las últimas horas.

La sensación que queda es la de un empate o una victoria por puntos. No tuvimos knock out, no hubo goleada ni video con millones de reproducciones. La comunidad oficialista celebra a su candidato con ímpetu presidencial, mientras que la liberal critica al ministro chicanero conformándose con un debate serio y casi aburrido. Cada uno festeja lo que le conviene.

Entonces, ¿quién se verá beneficiado por esto? El usuario promedio no va a leer las notas ni los editoriales que se escriban post debate. Más bien va a prestar atención a aquellos contenidos con los que se cruce en su día casi sin buscarlos y es a partir de eso que hará una reconstrucción de lo que pasó. Massa será el campeón de los medios y analistas, pero Milei llegó con mucho más para perder y este lunes no hay virales del libertario insultando o perdiendo la compostura.

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